El pentaprisma o la clave de las reflex

Hace un par de posts comenté algo del pentaprisma y que en otro momento escribiría un post al respecto. Pues aquí estamos.
La idea es tan básica como conseguir que la imagen (la luz en realidad) que entra en el objetivo sea lo mismo que veamos por el visor de la cámara y lo que saldrá en la fotografía que hagamos. Esto es solo cierto a medias, ya que en la foto final influyen más cosas como el tiempo de exposición, el ISO, etc. Pero es útil saber que el encuadre que nosotros vemos será lo mas fiel posible en la fotografía final. Y para esto sirve el pentaprisma que unido al espejo, permite que el usuario de una cámara Reflex vea exactamente lo capta el objetivo. Como casi siempre, una imagen explica mucho mejor este concepto:
Como se ve en la imagen, la luz entra por el objetivo, y ya en el cuerpo de la cámara se encuentra con el espejo. Este está justo delante delante del sensor con una inclinación de 45º. Cuando hacemos una foto, el "click" que se escucha es el espejo levantandose para dejar que la luz pase al sensor y así capturar la imagen. Además, si habéis hecho alguna foto con un tiempo alto de exposición habréis notado que se deja de ver por el visor. El motivo es que el espejo se ha levatado de manera que ya no refleja lo que entra por el objetivo.

Una vez reflejada en el espejo principal, la luz llega al pentaprisma (mejor llamado pentaprisma de espejos). Éste tiene una doble función. Por un lado seguir redireccionando la luz para que llegue al visor y la podamos ver. Pero esto podría haberse conseguido simplemente con otro espejo con inclinación de 45º hacia el visor. Pero la imagen nos llegaría invertida tanto vertical como horizontalmente. Con la solución del pentaprisma, el espejo principal se encarga de recolocarla verticalmente y este último lo hace horizontalmente para que la imagen del visor sea lo que esperamos ver a través del objetivo.
La "culpa" de que la imagen esté volteada es de las lentes del objetivo, pero de eso ya hablaremos en otro post.